Publicado en Diario de Navarra (24/1/2020)
Hoy, 24 de enero, es el Día Internacional de la Educación. Es importante este tema, uno de los más importantes, de hecho. La educación ayuda a erradicar la pobreza y el hambre, contribuye a mejorar la salud, promueve la igualdad de derechos, evita todo tipo de violencias. En definitiva hace sociedades mejores.
Pero, ¿quiénes participan en la educación? Principalmente tres colectivos: los niños (a los que educamos), los padres y madres (los responsables de dicha educación) y los profesores (que a través del sistema educativo, enseñan en los colegios). ¿Y qué papel tienen los políticos en todo esto? Ellos son los que, a través de las leyes educativas y gestionando los recursos, ayudan a las familias a formar a sus hijos, ya que son nuevos ciudadanos y el futuro de nuestro país. Si esto es tan claro, ¿por qué hay tanto revuelo con la educación últimamente? Pues porque el Gobierno quiere intercambiar su papel con las familias. Las familias ya no serán las responsables de la educación de los niños ni el Gobierno quien les ayude, sino que será al revés: la educación de nuestros hijos será responsabilidad de los políticos y nosotros, padres y madres, estaremos para ayudar a que sus planes salgan adelante.
Este modelo no conllevaría ningún problema si todas las familias de este país pensásemos de la misma manera. Sin embargo, esto es imposible y surgen grandes fricciones cuando el Gobierno quiere educar a los niños de forma contraria o distinta de cómo piensan muchas familias. El problema es mayor si el modelo lo implantamos en una democracia porque, al existir cambios de gobierno, los que ahora estaban conformes con la educación recibida, ya no lo estarán luego, ya que los nuevos políticos que lleguen impondrán su ideología y su mentalidad a los niños. Al final, todas las familias estarán descontentas porque ven cómo desde el Gobierno les arrebatan su derecho a educar a los hijos según sus normas morales. Hoy 24 de enero, Día Internacional de la Educación, pedimos a nuestros queridos políticos, sean del color que sean, que no metan sus manos en la educación sin contar con nosotros, las familias. Queremos que nos cuiden, que se preocupen de qué queremos, que nos pregunten qué necesitamos, cuáles son nuestros problemas reales y que se mantengan al margen de inculcar ideologías no compartidas por todos. Dejemos eso para estudiarlo en los libros de historia. Las familias somos el tesoro más importante que un país tiene. Somos el motor de la sociedad que hace que este país aguante incluso las crisis económicas más duras. Somos los guardianes de los principales valores: el amor, la solidaridad, el sacrificio. Somos el refugio a donde se mira cuando la vida da un zarpazo. Las familias somos donde se produce el gran milagro social: en nuestro seno surgen los nuevos ciudadanos que harán próspero, o no, a este país… según la calidad de la educación que les demos.
Javier Lucia Maldonado, padre de familia y miembro de la Junta de FamiLiaE (Familias por la Libertad de Educación).
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